Se puede disfrutar de la comida, pero manteniendo el control
La alimentación y el ejercicio son los primeros hábitos afectados por la variación de la rutina y los horarios. Debido al cambio de la dinámica diaria, se multiplican los compromisos sociales, se come fuera de casa y se incrementan los espacios de ocio o sedentarismo. Esto no significa que no podamos disfrutar de los placeres de la comida, simplemente hay que controlar las cantidades y el tipo de alimentación para optimizar los niveles de glucosa.
Actividad física e hidratación
Las altas temperaturas y la humedad pueden provocar una variación en tu glucosa ocasionada por una vasodilatación, desencadenando algunos síntomas como necesidad de orinar constantemente o sed en exceso. Por este motivo, es necesario ingerir más agua para evitar la deshidratación y estar atentos a determinados síntomas de alarma (exceso de sudoración, temblores o sensación de cansancio).
Cuidado de los pies
Por lo general se recomienda el uso de calzado cerrado y cómodo, no caminar descalzo y evitar el uso de sandalias que provoque un roce excesivo en los pies. Es muy importante revisar los pies al final del día para detectar algún tipo de lesión y, si es necesario, poder atenderla a tiempo.
Atención con los medicamentos y las temperaturas extremas
Al salir de viaje, lleva los fármacos necesarios para el tiempo de estancia, esto incluye medicinas, instrumentos de medición y tiras reactivas; en el caso de la insulina será necesario llevarla en una hielera para evitar los cambios bruscos de temperatura.
Es recomendable que lleves un snack o refrigerio para ingerirlo en caso de hipoglucemia, de igual forma, aprende a sustituir una comida y evita la modificación de los horarios habituales o largos tiempos de ayuno.
Llevar un informe clínico
Es importante que vayas al médico antes de salir de viaje. Solicita un informe médico con las características más relevantes del tratamiento, donde esté especificada la medicación. Esta medida te protegerá de la necesidad de justificar su portación en el equipaje. No olvides llevar tu receta para poder trasladar tu insulina sin contratiempos en el avión.
Ajustar el tratamiento a los cambios horarios
En viajes de larga distancia, la alimentación y el tratamiento deben ajustarse a la diferencia horaria. Es muy importante tener apego a tu tratamiento, información y recomendaciones. Esto te permitirá disfrutar de unas vacaciones alejadas de riesgos.
¡Feliz Viaje!
