Cada vez que voy a consulta y el doctor dice que en algún momento de mi vida puedo requerir insulina, siento que es por castigo, porque no me he cuidado bien e incluso me hace pensar que estoy cada vez peor o grave.
Debemos recordar que la insulina es una hormona natural que produce nuestro cuerpo, específicamente en el páncreas; es la encargada de regular nuestros niveles de azúcar en la sangre.
Cuando se inicia el tratamiento con insulina además de tomar medicamentos orales, es debido a que el páncreas está produciendo menos cantidad de esta hormona, por lo tanto, nuestras metas en los niveles de azúcar están por arriba de lo normal; de no corregirlo podemos llegar a presentar complicaciones que afecten nuestros riñones, ojos, nervios y cada parte de nuestro cuerpo.
Al utilizar insulina debemos suministrar la cantidad exacta que requiere nuestro cuerpo, simulando la función del páncreas. Cuando el médico nos indique la aplicación de esta hormona, es válido hacer muchas preguntas y que nuestras dudas sean aclaradas por un profesional de la salud, no tomar la noticia como una condena, sino como parte del tratamiento para tener un mejor control y estilo de vida. ¡No es el fin del mundo!
A continuación, menciono 3 recomendaciones prácticas y útiles para considerar:
1) ¿Qué revisar en nuestra receta?
2) ¿Cómo funcionan y en qué momento las debo utilizar?
Existen 3 grandes grupos hablando de manera general:
3) Cuando adquiera mi insulina debo verificar:
César Ochoa Martínez, Miguel Agustín Madero Fernández del Castillo, Antonio González Chávez. Manual práctico del manejo de la diabetes mellitus y sus comorbilidades. 2016, Alfil. Pág. 126-178
