Por increíble que parezca, a pesar de vivir en pleno siglo XXI, para muchas personas el hablar de sexualidad sigue representando un tabú; sin embargo, como seres humanos, la sexualidad es inherente a nosotros: es parte integral de nuestra personalidad, y su desarrollo pleno depende de la satisfacción de las necesidades humanas básicas, como el deseo de contacto, la intimidad, la expresión de nuestras emociones, el placer, la ternura y el amor. (Velázquez).
La sexualidad se encuentra ligada no sólo a la reproducción, es decir, al hecho de concebir hijos, sino también, como lo menciona el sexólogo brasileño Malcolm Montgomery, al desarrollo personal, a la interacción con el ser amado, al erotismo, a la comunicación, a la magia, a la belleza, a la naturaleza y a la salud; debemos reconocerla como medio de disfrute, de goce y de afecto, lo cual es característico de nuestra especie; los seres humanos vivimos y expresamos nuestra sexualidad a través de pensamientos, fantasías, deseos, creencias, actitudes, valores, conductas y relaciones interpersonales (OMS); todo lo místico que representa la esfera sexual humana es lo que hace tan complejo su abordaje; si bien existen factores biológicos, psicológicos, socioeconómicos, culturales, éticos y religiosos o espirituales en torno a cómo cada uno de nosotros concibe la sexualidad (Velázquez), debemos aprender a hablar del tema sin miedo, sin culpas, sin pena; con nuestras parejas y, si es necesario, con los profesionales de la salud.

Muchas personas saben que la Diabetes, como condición de vida y sin el adecuado control, puede afectar la visión, la función de los riñones, los vasos sanguíneos, los nervios, la piel; que puede provocar la pérdida indolora de los dientes, o que los hombres pueden presentar disfunción eréctil; sin embargo, ¿alguna vez te has preguntado si la Diabetes afecta la vida sexual de las mujeres? La respuesta es sí, si la Diabetes se encuentra descontrolada. ¿Cómo saberlo? Los datos más frecuentes de disfunción sexual femenina son la disminución o ausencia del deseo sexual, menor intensidad de excitación, dificultad o incapacidad para alcanzar y/o mantener el orgasmo, insuficiente lubricación que condiciona resequedad vaginal y, por lo tanto, dolor durante la penetración. Por otro lado, la diabetes descontrolada aumenta la posibilidad de infecciones vaginales causadas principalmente por hongos que generalmente producen sensación de ardor, comezón, flujo blanquecino, grumoso con aspecto de leche cortada, y que también pueden originar una relación sexual dolorosa. Por lo tanto, es muy importante que si identificas alguno de estos síntomas lo comentes con tu médico para que recibas orientación y/o tratamiento, lo que te permitirá tener una vida sexual plena. ¿Cuál es el beneficio? Además de brindarnos satisfacción (y, por qué no decirlo, felicidad), las relaciones
sexuales mejoran funciones corporales como la circulación de la sangre y la calidad del sueño; ayudan también a liberar tensión y mejoran el estado de ánimo y, por supuesto, la autoestima.
Sentirse completa, plena y feliz es fundamental para la vida de cualquier persona, y tú lo puedes lograr, como todas las cosas que te propones; despójate de todo aquello que te impide hablar del tema. No permitas que la Diabetes te controle; transfórmate en la mejor versión de ti misma y sé tú quien controle a la Diabetes. Nadie dice que el camino sea fácil, pero tampoco resulta imposible. Todo es cuestión de empezar. ¡Está en tus manos!
Fuentes:Ahued Ahued J. Roberto. Gineco-Obstetricia. Ed: Manual Moderno.
“Sexualidad responsable” Lic. Suhail Velázquez Cortés. http:// www.uaeh.edu.mx/virtual
Los problemas sexuales y urológicos de la diabetes. https:// www.niddk.nih.gov
