Se acercan las vacaciones de verano y seguramente ya te estás preguntando qué hacer para lograr un bronceado seguro, progresivo y agradable. Debes saber que una nutrición adecuada es fundamental para mantener un buen estado de salud general, específicamente, para la salud de la piel.
A continuación verás los compuestos de la dieta que te ayudarán a lograr el bronceado que deseas.
- Los carotenoides o carotenos son una especie de pigmentos que se encuentran en numerosas frutas y hortalizas. En los alimentos que habitualmente consumimos están presentes alrededor de 20 carotenos diferentes, siendo el beta caroteno el más conocido, éste se encuentra sobre todo en vegetales como la zanahoria, el tomate, brócoli, acelga, los pimientos, así como en frutas como el mango, la toronja o la papaya y es conocido porque favorece la síntesis de melanina que es un pigmento de color que da lugar al bronceado y que además funciona como un filtro natural de los rayos ultravioleta.
- La vitamina E se halla de forma abundante en aceites vegetales, germen de trigo, verduras de hojas verdes, hígado, huevos, cereales integrales y legumbres, ésta ayuda a aliviar el dolor tras la exposición solar prolongada, reduce la inflamación y evita las quemaduras.
- La vitamina C es considerada un protector solar, pero no debes confundirla con los filtros solares puesto que no absorbe los rayos UV, su función es recargar los niveles de vitamina E, por lo que ayuda a neutralizar los daños generados por la radiación solar. Las vitaminas E y C consumidas de forma conjunta actúan como potentes antioxidantes, retrasan el envejecimiento de la piel que produce la exposición al sol.
- Los Omega 3, son ácidos grasos poliinsaturados que ayudan a la protección de la piel de potenciales daños que el sol puede ocasionar, además poseen propiedades antiinflamatorias ante enfermedades asociada con la exposición prolongada al sol, los podemos encontrar en pescados grasos o azules, nueces y semillas.
Además de cuidar la alimentación…
- Modera el tiempo de exposición al sol, evita los lugares y horas más peligrosas, protégete con sombreros y lentes.
- Aplica la crema protectora media hora antes de tomar el sol y con la piel seca para que haya oportunidad de que se absorba.
- Durante y después de la exposición al sol, bebe agua y come frutas frescas.
- Aplica la crema protectora en cantidad suficiente, y reaplica cada dos horas.
- Conoce tu piel. Si es más clara, suele ser más sensible.
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