Consulta y trabaja con un equipo de atención a la salud para mantener los niveles de azúcar en sangre dentro de un nivel normal.

Utiliza agua tibia y jabón.
Verifica la temperatura del agua con tu codo para evitar quemaduras.

Seca muy bien tus pies, en especial entre los dedos, con una toalla de preferencia de color blanco y que sea de uso exclusivo para tus pies.

Con ayuda de un espejo con aumento revisa todos los días las plantas de los pies y entre los dedos para verificar si existe alguna lesión o cambio de coloración.
Si hubiera alguna callosidad o uña enterrada consulta al podólogo certificado. No intentes limarlos o cortarlos

Después del lavado y secado de tus pies utiliza crema neutra evitando untarla entre los dedos para evitar humedad.

Corta las uñas de manera recta limando los bordes con una lija de agua (acude al podólogo certificado para una asesoría personalizada).

Utiliza calcetines de algodón suaves y sin costuras. Cambia diariamente por unos calcetines limpios. Existen calcetines especiales para personas que viven con diabetes.

Revisa el interior de tus zapatos antes de ponértelos. Usa zapatos de piel y sin costuras. Alterna el uso de tus zapatos día a día para evitar que guarden humedad.

La nicotina disminuye el flujo sanguíneo en las piernas y el alcohol daña al hígado y riñón.

Es un profesional de la salud preparado y entrenado para ocuparse de tus pies diagnosticando y educando al paciente para prevenir afecciones y deformidades que le causen dolor.