E
s muy común que después de los 65 años la alimentación se vuelva todo un reto, y es que nuestro cuerpo pasa por una serie de cambios que modifican completamente la conducta alimentaria. Por ello, en este artículo te explicaremos qué le pasa a tu cuerpo y cómo puedes adaptarte a esta nueva etapa sin dejar de comer lo que te gusta.
Una de las razones por las que las personas adultas dejan de comer es porque los sentidos disminuyen progresivamente, sobre todo el gusto y el olfato, lo que provoca que la comida resulte insípida y no se nos antoje. La solución es muy sencilla, añade a tus platillos especias como romero, pimienta, tomillo u orégano, así evitarás el uso excesivo de sal, pero potenciarás el aroma y sabor de tu comida. Para los platillos dulces puedes usar edulcorantes no calóricos que aportan más dulzor que el azúcar común, pero sin calorías.
Otro de los cambios asociados a la falta de apetito en esta etapa es la disminución de la producción de saliva que ocasiona resequedad en la boca, además de la pérdida de las piezas dentales con lo que la masticación resulta menos eficiente. Una opción para evitar que estos cambios afecten nuestra nutrición es beber suficiente agua entre las comidas y mientras comemos, además de acudir al dentista con frecuencia para mantener la dentadura en el mejor estado posible; puedes también cortar la comida en trozos pequeños y procurar que su consistencia sea suave, sobre todo las carnes.
A nivel intestinal se produce menor cantidad de lactasa que es la enzima que facilita la digestión de la lactosa presente en la leche y sus derivados, para evitar que esto te cause problemas consume leche deslactosada y descremada. También las evacuaciones se vuelven menos eficientes debido a que los movimientos del intestino son más lentos. Procura beber suficiente agua, comer alimentos ricos en fibra como cereales integrales, frutas y verduras, y trata de mantenerte activo.
Debes saber que es normal que sientas menos hambre en comparación con años anteriores y con personas más jóvenes, esto se debe a que en esta nueva etapa probablemente realizas menos actividad física y a que la composición de tu cuerpo se modificó aumentando la cantidad de grasa o tejido adiposo, y disminuyendo el músculo.
LN Beatriz Portilla Camacho Coordinadora de Nutrición, Federación Mexicana de Diabetes, A.C.
