El corazón humano puede compararse al motor de un auto: ambos son fuentes de alimentación que mantienen cuerpos en movimiento. El corazón actúa como una bomba que impulsa la sangre hacia los órganos, tejidos y células del organismo. La sangre bombeada por el corazón suministra oxígeno y nutrimentos a cada célula y recoge el dióxido de carbono y las sustancias de desecho producidas por esas células. Pero si el flujo de sangre al corazón disminuye o se detiene o el ritmo de los latidos se altera, peligra la vida. Como sucede con el motor de un auto, la forma en que se trate el corazón determinará cuánto tiempo funcionará y de qué manera. (Texas Heart Institute)
1. Reduce la cantidad de sodio que consumes en los alimentos. El sodio es importante para regular la presión arterial y la cantidad de líquidos en el cuerpo, recuerda: todo con medida.
La sal está compuesta en su mayoría por sodio, por ello debes disminuir su consumo.
Los alimentos procesados contienen gran cantidad de sodio, como conservadores y/o saborizantes.
Los sazonadores, las salsas y aderezos, tienen como ingrediente principal sodio. De preferencia evita añadirlos.
2. Disminuye el consumo de grasas y modifica el tipo de grasas que consumes.
Evita alimentos como manteca, mantequilla, aceite de coco, tocino, crema, quesos maduros.
Procura consumir aceites vegetales (maíz, canola, soya, semilla de uva, oliva) y evita sobrecalentarlos.
3. El consumo de verduras y frutas debe ser diariamente, los colores y las propiedades de estos alimentos aportan minerales, vitaminas y antioxidantes que promueven una mejor salud cardiovascular.