E
sta condición supone un modelo de envejecimiento acelerado y conjuga la pérdida de función, acompañada por otras enfermedades como hipertensión, obesidad y dislipidemia, y la aplicación de múltiples tratamientos.
Uno de los objetivos más importantes es evaluar el riesgo cardiovascular, el cual puede ser la principal causa de deterioro funcional no detectado de fragilidad en los adultos mayores.
Para tener una salud cardiovascular es necesario realizar medidas preventivas, tener un diagnóstico oportuno, un tratamiento personalizado y prevenir o retrasar las complicaciones de la condición.
Es importante establecer objetivos individualizados incorporando a las decisiones la opinión del paciente y de sus familiares o cuidadores.
El objetivo prioritario es evitar la aparición del deterioro funcional o su progresión; para ello, junto al control de los niveles de glucosa, convenientemente adaptado a las características del paciente, cobra especial protagonismo el control de las cifras de presión arterial y, en menor grado, de los lípidos, que conseguirán resultados más exitosos de manera más inmediata que el control de la hiperglucemia.