Warning: count(): Parameter must be an array or an object that implements Countable in /home/hf58tsoxh79g/public_html/dhrevista/wp-content/plugins/adrotate-pro/adrotate-output.php on line 689

Carta a mi padre

Texto ganador del concurso Ensayo de Duelo del  Diplomado de Formación de Educadores en Diabetes de la FMD

Te amo papá y siempre lo haré”, sólo que a veces se nos olvida que conforme crecemos los papás también crecen y envejecen; es entonces cuando son ustedes los que necesitan de nuestra ayuda que tenemos que regresar al menos un poco del amor y atención que nos dieron de niños, no nos damos cuenta o no queremos entender que, de pronto, ya no son tan fuertes como antes. Cuando te diagnosticaron diabetes lo tomaste bien, después de todo siempre nos enseñaste a enfrentar las cosas de la mejor forma posible, así que te informaste sobre la condición, su tratamiento, los problemas que podían presentarse y cómo prevenirlos. Fuiste al médico, con la nutrióloga, seguiste al pie de la letra tu tratamiento y así lograste vivir sin ninguna complicación. Nunca nos preocupamos por tu condición pues nos informamos contigo y sabíamos lo dedicado que eras con tu tratamiento. Mamá solía cuidarte y cuando ella murió empezaste a descuidarte por un tiempo, la extrañabas y era normal pero después regresaste a tu vida de costumbre. Debí convencerte de mudarte conmigo pero tú nunca ibas a dejar la casa, siempre has sido muy terco.

El trabajo me empezó a absorber y comencé a ir a visitarte cada vez menos. Siempre fuiste tan fuerte que no pude ver más allá, no tomé en cuenta que cada día te hacías más  grande, que cada día envejecías más y que ya no eras tan ágil ni tan fuerte como solías serlo. No me di cuenta que aún con lentes no veías igual o que tu memoria cada día fallaba más, pensé que era normal o eso quise creer pues para mí seguías siendo ese hombre fuerte e independiente al que le gustaba hacer todo por su cuenta y quien difícilmente pedía ayuda, pero supongo que los papás llegan a una edad en la que no necesitan pedirla. Aquel día que te visité pensé que sería como cualquier otro.

Te pregunté si ya te habías puesto tu insulina y me dijiste que no, así que te la pusiste y te calenté la comida. Después tuve que salir por unas cosas, grave error del cual me arrepentiría más tarde. Cuando regresé te encontré mal, de inmediato llamé a una ambulancia y todo lo demás se pone borroso. Sólo puedo recordar el sonido de las sirenas y a un paramédico diciendo que seguramente te habías puesto doble dosis, que probablemente habías olvidado que ya la habías tomado, yo no sabía siquiera si habías comido en el día o si te serviste después de que me fui, seguramente no.

Recuerdo también que hablaban de que había sido una irresponsabilidad dejar solo a alguien de tu edad, que no hubiese sido tan grave de haber estado alguien contigo cuando recién te empezaste a poner mal, entonces entendí que era mi culpa que estuvieras así, o al menos una gran parte pues no te puse la atención que necesitabas

Los doctores no pudieron hacer mucho cuando llegaste al hospital, había pasado mucho tiempo, la dosis había sido muy grande y en un lapso muy corto. Aquel día te perdí. Sé que donde estés jamás me culparías, pero no sé si yo voy a poder perdonarme no haber estado para ti, simplemente no sé si logre perdonarme haberte fallado pues debí ver las señales que me decían que ya no podías cuidarte solo. Perdóname papá, por no haberte cuidado como tú lo hiciste conmigo.

Artículos Relacionados

Déjanos un Comentario


Warning: count(): Parameter must be an array or an object that implements Countable in /home/hf58tsoxh79g/public_html/dhrevista/wp-content/plugins/adrotate-pro/adrotate-output.php on line 648