Probablemente habrás escuchado que México tiene un gran problema de obesidad en los niños, y de hecho, de acuerdo a la ENSANUT 2012, 14 % (más de cuatro millones) de los niños de cinco a 11 años tenían obesidad. Es un dato preocupante, pero ¿cómo puedes saber si tu hijo se encuentra dentro de esta estadística?
Es importante llevar al niño al médico para que se lleve un control adecuado de su crecimiento, siendo la manera más sencilla de saber si está creciendo en talla y ganando peso de manera saludable. Esto se realiza en el consultorio pesando y midiendo al niño y utilizando unas gráficas internacionales que podrán facilitar colocar al niño en: bajo peso, peso normal, sobrepeso, obesidad y obesidad grave, de acuerdo a donde caigan sus datos en la gráfica. Es conveniente realizar esta revisión por lo menos dos veces al año, pero si notas que tu hijo/a está mucho más chaparrito que el resto de sus compañeros de la escuela, o que hay que cambiarle el uniforme porque ya no le queda, sería bueno acudir una vez más a realizar las mediciones.
Hay que recordar que es un mito que los niños “gorditos” son los más sanos. Hay situaciones que nos deben poner en alerta. Por ejemplo: si notas que en la clase de deportes no logra hacer los mismos esfuerzos que sus compañeros, es probable que sea porque pesa mucho más que ellos y se está cansando, o que tenga una autoimagen pobre o sienta “pena” de su cuerpo.
Otra situación a la que se enfrentan los niños con obesidad son las alteraciones ortopédicas, por ejemplo de los tobillos o las rodillas. Así que ¡cuidado! si hay quejas de este tipo. También puede suceder que se desarrolle una deformidad en las rodillas, conocida como genu valgo provocando que las piernas se vean en forma de equis, es decir que se hagan hacia adentro. Además hay riesgo de que desarrollen una situación un poco más delicada, que les provoca dolor intenso en la región de la cadera debido al peso excesivo que provoca que la cabeza del fémur se lastime de manera importante.
También puede pasar que el niño tenga algún problema metabólico, es decir, que en algún análisis se eleven la glucosa, los triglicéridos o el colesterol. Y esto también, si es que no hay otra causa, puede ser debido a una obesidad no atendida.
Cuando los niños están creciendo, un factor importantísimo es la ganancia adecuada de peso, y si se detecta que un niño tiene obesidad hay que tomar acciones inmediatas, modificar hábitos y aumentar la actividad física con la finalidad de que el niño crezca sano.
Es un asunto serio, pero tratable. Puede ser que porque todos en la familia son “gorditos” no pongamos suficiente atención, pero hay que procurar hacerlo, ya que ésta puede ser la diferencia entre un adulto joven sano o enfermo.
BIBLIOGRAFIA
Por: Dra. María del Mar Aguirre Salmones | Vocera de la Federación Mexicana de Diabetes, A.C.
