S
i realizas ejercicio de manera regular, seguramente te ha ocurrido que al terminar tu sesión de entrenamiento en ocasiones sientes un apetito desmedido. Adicional a esta situación se vuelve un error común elegir alimentos rápidamente accesibles que son excesivos en kilocalorías y tienen poco aporte nutricional.
Aunque esto ocurre a muchas personas es importante que notes que esa respuesta desordenada te aleja de los objetivos por los cuales empezaste a realizar ejercicio con intenciones de mejorar tu salud.
Existen diferentes tablas que pueden ayudarte a conocer la cantidad de energía que consumiste al realizar una sesión de ejercicio; pero para hacerlo simple de manera general puedes ubicar que en promedio por cada 30 minutos de ejercicio efectivo realizado consumes entre 300-500 kilocalorias de energía de acuerdo con la intensidad con la que lo ejecutaste.
Dentro de los antojos de alimentos comunes posterior al ejercicio se te pueden atravesar unos suculentos tacos al pastor, una hamburguesa, pan dulce con café azucarado para rematar, entre muchos otros.
Existen un sinfín de combinaciones que pueden exceder hasta las 1000 kilocalorías en un solo episodio de alimentación. ¿Te das cuenta de que es el doble o más de la energía que utilizaste al realizar ejercicio? Con esos hábitos definitivamente los cambios esperados en la disminución de peso y mejora en composición corporal nunca llegarán.
Para que esto deje de ocurrir es muy importante que no pierdas de vista estos 2 puntos:

