
1- Elige recetas fáciles y sencillas de preparar. Existen muchos recetarios de platillos saludables y muy fáciles de preparar. Si lo que te preocupa es que usen fuego, las ensaladas son una grandiosa idea, además, una ensalada bien preparada puede contener todos los grupos de alimentos que necesita para su alimentación completa: alimentos de origen animal, grasas, cereales, verduras, frutas.
2- Invita a tus niños a hacer las compras, es importante involucrar a los pequeños en todo, elaboren la lista de compras juntos. Planeen los menús de la semana, ir juntos al supermercado es una excelente oportunidad de aprendizaje ya que tu hijo puede conocer la variedad de alimentos por grupo y, si ya está en edad escolar, puede ir aprendiendo acerca de la lectura de etiquetas, pero para ello deberás informarte tú primero para poder explicarle acerca del tema.
3- Deja que los niños estén en la cocina. No mueras de ansiedad, no transmitas el miedo a los niños de estar en la cocina, es mejor que observen, que pregunten lo que quieran saber; enséñales medidas de seguridad para evitar accidentes en la oficina y vigílalos atentamente.
4- Especifica las tareas de tu hijo en la cocina, en algunas ocasiones podrá ayudarte a lavar las frutas o verduras, cortar (con la debida vigilancia), lavar trastes, mezclar, acomodar, etcétera.
5- Enseña al niño a comer sano. Los buenos hábitos se forman en la infancia, si le enseñas a comer saludable desde pequeño mantendrá el hábito cuando sea mayor y estos buenos hábitos los heredarán a sus hijos. Enséñale a ser limpio y a desinfectar los alimentos; explícale los beneficios y características de cada alimento y el porqué va incluido en las recetas que preparan.
6- ¡Déjalo que se divierta! Deja que pruebe, que toque, quizá se manche, todo esto con el fin de que conozca. Supervisa bien lo que hace, pero déjalo ser.

7- Cuando por fin lo sientas o él se sienta capaz, déjalo preparar un platillo por sí mismo, siempre con la debida vigilancia.
