La Diabetes tipo 1 (DT1), es una condición crónica que se diagnóstica principalmente en las primeras etapas de la vida, es decir, en la niñez y adolescencia. Por ello, desde estas etapas de la vida es fundamental mentener un adecuado control de la condición y así adoptar estilos de vida saludables, los cuales serán indispensables para lograr la metas de control de los niveles de glucosa y evitarán complicaciones a largo plazo.
Uno de los principales pilares en el control del paciente que vive con DT1 es el ejercicio, ya que junto con una dieta balanceada y terapia de insulina han demostrado tener efectos positivos en el control de los niveles de glucosa.
El ejercicio aeróbico moderado (aumento de la respiración) favorece el control de los niveles de glucosa (azúcar en la sangre), ya que aumenta la sensibilidad a la insulina, el consumo de glucosa muscular y hepática. Lo que favorece un mejor control metabólico
El ejercicio aeróbico moderado (aumento de la respiración) favorece el control de los niveles de glucosa (azúcar en la sangre), ya que aumenta la sensibilidad a la insulina, el consumo de glucosa muscular y hepática. Lo que favorece un mejor control metabólico
En el caso de las personas que viven con DT1, si se tiene un tratamiento con insulina deficiente puede ocasionar que durante el ejercicio se aumenten los niveles de glucosa y cuerpos cetónicos (compuestos químicos producidos por el cuerpo ante la necesidad de obtener energía utilizando las grasas), lo que ocasionaría una cetosis o cetoácidos diabética (estado de intoxicación por exceso de cuerpos cetónicos); por otra parte, si la insulina es mayor a la requerida pueden presentarse cuadros de hipoglucemia (bajos niveles de azúcar en sangre) durante el ejercicio.