Obesidad e Hígado Graso, ¿qué pasa en mi cuerpo?
Dra Anna Lara Kattan / Médico especialista en obesidad y comorbilidades – Máster en Nutriología Clínica certificada por la Federación Mundial de Obesidad / Céd Prof: 11723136 / dra.annalarak@gmail.com
Ante el comienzo de una nueva década y la inminente pandemia de enfermedades metabólicas es necesario replantearnos varias preguntas sobre nuestros estilos de vida, ¿qué estamos haciendo por disminuir nuestros factores de riesgos modificables?
Cuando tocamos un tema como el sobrepeso y la obesidad debemos tener en cuenta que hay varias implicaciones como órganos afectados y enfermedades asociadas que nos llevan a complicaciones no deseadas. Por esta razón debemos enfocarnos y hablar sobre un tema muy interesante, el hígado graso.

Actualmente, la enfermedad por hígado graso no alcohólico (EHGNA) es la enfermedad hepática más frecuente a nivel mundial, con una prevalencia global estimada en 24-25%¹; pero a nivel nacional hablamos de prevalencias que podrían superar el 50% de la población².
Cuando mencionamos la EHGNA nos referimos a una acumulación de grasa en más del 5% de la superficie del hígado sin daño celular aparente, es decir, no hay presencia de inflamación, fibrosis (cicatrización) o necrosis (muerte de las células y tejidos) ni historia de consumo significativo de alcohol u otra causa asociada.² Su presentación es usualmente asintomática; sin embargo, su importancia clínica radica en la evolución que el hígado graso puede presentar como esteatosis simple (acumulación de grasa), esteatohepatitis (acumulación de grasa e inflamación), cirrosis (fibrosis) y por último un carcinoma hepatocelular o cáncer en el hígado (CHC).
Para poder confirmar la sospecha del diagnóstico, es necesario una biopsia del tejido hepático; sin embargo, no siempre se realiza por motivos de riesgo y las implicaciones del procedimiento, por lo cual existen opciones no invasivas como el ultrasonido, el cual es una opción más accesible con relación a precio y disponibilidad, aparte de tener un alto margen de poder diagnóstico y los biomarcadores séricos (examen de sangre).
Los factores de riesgo para el desarrollo de la EHGNA son obesidad, Diabetes Mellitus tipo 2, resistencia a la insulina, dislipidemia (concentración elevada de colesterol y/o triglicéridos), sexo masculino, edad avanzada, población latinoamericana y presencia de factores genéticos, entre otros.

Debemos hacer un hincapié sobre la relación directa entre la EHGNA y la obesidad debido a que la EHGNA puede ser reversible con un estilo de vida saludable. A pesar de que la EHGNA se presenta usualmente sin síntomas, los pacientes tienen un aumento en la mortalidad y en la incidencia de cáncer por lo cual es indispensable que comencemos a hacer conciencia sobre los hábitos que podemos modificar para disminuir estos riesgos prevenibles.
Ya sea que presentamos la EHGNA o simplemente queremos prevenir su aparición, es importante tener hábitos como una alimentación adecuada y balanceada, además de mantener nuestro cuerpo en constante movimiento mediante la actividad física.
Si nos ubicamos dentro del porcentaje de pacientes que además de EHGNA viven con obesidad debemos enfocarnos en disminuir peso. Recordemos que con la reducción de un 7% de nuestro peso corporal podemos disminuir la actividad celular; por otra parte, se disminuye la aparición de fibrosis con la disminución del 10% del peso corporal.
Es recomendable siempre visitar a profesionales de la salud para evitar la contaminación de información en el medio, y así poder enfocarnos en nuestra salud de una forma más efectiva posible.
El cambio comienza con nuestras decisiones diarias.
¡Está en nuestras manos!
Referencias:
¹ Oliveira C, Cotrim H, Arrese M. Factores de riesgo de la enfermedad por hígado graso no alcohólico en poblaciones de Latinoamérica: situación actual y perspectivas. Clinical Liver Disease. 2019;13(S1):S5-S8.
² Bernal-Reyes R, Castro-Narro G, Malé-Velázquez R, Carmona-Sánchez R, González-Huezo M, García-Juárez I et al. Consenso mexicano de la enfermedad por hígado graso no alcohólico. Revista de Gastroenterología de México. 2019;84(1):69-99.
Artículos Relacionados

