El ejercicio aeróbico puede entenderse desde realizar una caminata vigorosa, subir escaleras o trotar, hasta practicar alguna disciplina como natación o ciclismo. Además, se sugiere que el ejercicio aeróbico debe acompañarse de ejercicios de fortalecimiento muscular, así como estiramiento previo y posterior al ejercicio; el primero para preparar el cuerpo para la actividad y evitar lesiones (con una duración de 10-15 minutos aproximadamente), y el segundo para recuperarse corporalmente y evitar la fatiga muscular (15 minutos aproximadamente).
Respecto al ejercicio que brinda mayores beneficios para utilizar más la grasa como sustrato energético y mejorar la estética corporal, se recomienda aquel de tipo aérobico, de moderada o baja intensidad (35-65 % de la frecuencia cardiaca máxima) y de larga duración (no menos de 30 minutos al día), preferentemente durante la madrugada o matutino, por la secreción de cortisol.
Cabe mencionar que existen sistemas de entrenamiento más actuales con movimiento explosivos (alta intensidad y corta duración) que han mostrado efectos benéficos a nivel corporal. No olvidando que la dieta juega un papel fundamental en el logro de los objetivos.
El ejercicio debe ser individualizado, basado en principios metodológicos de la educación física, y ser indicado por profesionales en el área; además de que la persona debe realizarse una evaluación médica-funcional preliminar, que pueda prevenir riesgos de lesión e incluso de muerte súbita.