Felicidades estás embarazadaLas mejores palabras que pude escuchar, si bien no fue inesperado porque lo estábamos buscando, siempre es una sorpresa porque nunca se sabe si este ciclo será el ganador. ¿Y ahora?, pues a seguir cuidándose, sólo hay algunos cambios en las metas.
Lo óptimo: menos de 6% de HbA1c sin hipoglucemias significativas, pero en algunos casos la meta puede ser menos estricta: menor a 7%.
Lo óptimo: glucosa antes de comer y en ayuno entre 60-90 mg/dl, una hora después de comer <= 130-140mg/dl y dos horas después de comer <=120 mg/dl
Evita entrar en pánico, lo único que tenemos es el aquí y el ahora, si te preocupa tu control, tu salud y la de tu bebé: actúa, asesórate de inmediato con un equipo de salud para evaluar tu situación: HOY es el mejor momento para actuar y hacer cambios para mejorar nuestra salud. También puedes acercarte a las asociaciones de diabetes locales y sociedades médicas, generalmente cuentan con directorios y conocen aquellos especialistas que tienen experiencia en diabetes tipo1 o tipo 2 preexistente y embarazo.
Qué bonito se ve en el papel, pero… ¿cómo lograr esas metas?Hacer manualmente el trabajo de regular la glucosa no es fácil y el estar embarazada implica muchos retos: un control más estrecho junto con muchos cambios físicos, emocionales y hormonales. Durante el primer trimestre es común que se presenten hipoglucemias por lo que necesitarás ajustar tu tratamiento junto con tu equipo, más adelante, entre las semanas 24-28, hay cambios hormonales que tienden a elevar la glucosa en sangre y puede implicar otro ajuste importante en tu tratamiento. Si quieres conseguir un control óptimo implica esfuerzos adicionales, aquí te comparto algunas de las acciones que a mí me ayudaron (ver cuadro).



Tu ginecólogo te recomendará hacerte estudios periódicos y ultrasonidos para vigilar tu salud y el adecuado desarrollo del bebé, al menos uno por cada trimestre. El control inadecuado de la glucosa de la mamá puede contribuir a que el bebé crezca demasiado en el último trimestre o por el contrario que esté bajo de peso. Una vez más, para prevenir no hay como el control estrecho de la glucosa en sangre.
Uno de los retos en el nacimiento de un bebé de una mamá con diabetes (de cualquier tipo) es mantener la glucosa de mamá lo más parecida a la de una mujer sin diabetes durante el trabajo de parto o la cesárea. Los bebés tienen más riesgo de presentar hipoglucemias al nacer si la glucosa de su mamá ha estado alta durante el embarazo y/o al momento de cortar el cordón umbilical. El bebé viene con un páncreas completito funcionando y produciendo insulina para regular su propia glucosa, pero si está recibiendo concentraciones altas produce insulina para compensar esto y al cortar el cordón umbilical se corta el suministro de glucosa, de ahí el riesgo de hipoglucemias. Obviamente esto se previene al mantener bien vigilada la glucosa de mamá en esas horas cruciales.
Una mujer con diabetes puede tener un parto natural, en mi caso, fui diagnosticada con preclamsia en las últimas semanas de embarazo y junto con mi equipo decidimos que lo más seguro era un nacimiento por cesárea. Se programó la cirugía a primera hora de la mañana de modo que fuera aún más fácil mantener la glucosa en la meta.
Mi glucosa se mantuvo entre 77 y 88 mg/dl desde que desperté hasta que nació mi bebé, mi endocrinóloga nos acompañó todo el tiempo, ella estuvo a cargo de mi microinfusora y midió mi glucosa aproximadamente cada 30 minutos. No me desconecté de la microinfusora en ningún momento, como prevención, la vía intravenosa estaba preparada para poder aplicar insulina rápida en caso de hiperglucemia o glucosa en caso de hipoglucemia para poder mantener un nivel adecuado al momento del nacimiento, esto no fue necesario.
Mi glucosa estuvo regulada con la insulina de mi microinfusora como siempre, en algunos hospitales suelen retirarle a las mujeres su tratamiento para controlarlas con insulina rápida por vía intravenosa por protocolo (o porque no hay alguien en el hospital que sepa manejar la microinfusora o un esquema intensificado de insulina) y esto puede resultar en un descontrol serio en ese momento tan importante para el que has trabajado tanto. Si estás en esta situación habla antes con tu equipo médico para que tengan un plan muy claro sobre cómo regular tu glucosa durante el trabajo de parto o cesárea. La glucosa de mi bebé al nacer fue de 62 mg/dl, que se considera normal en un neonato.
Las horas que siguen al nacimiento, después de que sale la placenta, los requerimientos de insulina pueden disminuir drásticamente por lo que es muy importante vigilar de cerca la glucosa (sí todavía más) para hacer los ajustes necesarios en las dosis y prevenir hipoglucemias. En mi caso, mis requerimientos de insulina la misma tarde del nacimiento del bebé se redujeron 50%.


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