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o soy Felipe, tengo ocho años y voy a la escuela primaria; mis padres descubrieron que yo tenía esta condición cuando era más pequeño, de seis años, y se dieron cuenta que ya no jugaba con mis hermanos, me veían cansado y débil, tenía mucha sed, y orinaba a cada rato. Como mi abuelita también tiene diabetes me llevaron al doctor y después de hacerme unos análisis aquél les dijo a mis papás lo que yo tenía y después platicó conmigo muy atento, me explicó qué era la diabetes, me tranquilizó diciendo que yo sería el controlador y dueño de mi diabetes y que mi vida debe ser totalmente normal.
Cuando entré el año pasado a la escuela, mis papás hablaron con el director y con mi profesora, y les explicaron qué tengo que hacer; afortunadamente mi maestra había tomado un curso de educación en diabetes y por eso pudimos platicar tranquilos; yo mismo le enseñé cómo me estoy aplicando la insulina y los cuidados que debo tener para que el control de mi azúcar sea perfecto; ella pudo observar cómo me preparo para aplicarme la insulina, cómo mido mi azúcar, cómo lleno el inyector con la cantidad precisa y cómo me inyecto con todas las reglas de limpieza y demás; me felicitó y me dijo que soy un ejemplo.
Cuando entré a la escuela tenía miedo de que mis compañeros supieran de mi diabetes y me molestaran o me hicieran a un lado en el salón o en el recreo, pero mi maestra habló de la salud, de cómo cuidar nuestro cuerpo, de las enfermedades que podemos tener y cómo evitarlas o curarlas y, cuando llegó a la diabetes, explicó a todos cuáles son los síntomas, qué pasa en el cuerpo, cómo se hace el diagnóstico y de qué manera se puede tener un control exacto y preciso de la condición; yo me sentí tranquilo después de esa lección y muchos de mis compañeros saben que me aplico insulina y me tratan como un compañero más, sin discriminaciones.
Porque además me gusta el deporte, estoy en el equipo de futbol y soy bastante bueno, ya ganamos dos torneos entre las escuelas.
Uno de los problemas que encontré en la escuela es que entre mis compañeros hay algunos que tienen ideas medio locas sobre la diabetes: uno me dijo que las personas con diabetes no crecen y serán siempre chaparritos, otro me dijo que la insulina era mala y que producía ceguera, y así. Yo los oigo, si quieren les platico y si están interesados les enseño los libros que hay sobre diabetes tipo 1, que son muy fáciles de leer y ayudan a entender que somos niños normales, que podemos hacer la vida exactamente igual que los demás, y que al crecer podremos estudiar, trabajar y dedicarnos a lo que nos guste; yo quiero ser bioquímico y conocer las nuevas investigaciones que seguramente harán que el problema de la diabetes sea cada día más fácil de controlar.
Dr. Rafael Álvarez Cordero | Fundador del Instituto RAC para la Cirugía de la Obesidad y la Diabetes A.C.
