Cuando mis papás platican con alguna persona que tiene un hijo o hija con diabetes, los padres de los niños dicen: “¡qué difícil es esto!, ¿por qué a mi hijo?”, a lo que me mis papás responden: “sí, efectivamente es difícil pero mi hija no es una víctima”.
Vivo con diabetes y consigo todo lo que me propongo, no me limito, he aprendido que soy como cualquier niño aun viviendo con diabetes. Soy la mejor de mi salón de clases, tengo un excelente promedio, también soy muy buena en natación y hago danza los domingos.
A los niños que, como yo, viven con diabetes, les digo que no tengan miedo, que tomen una actitud positiva y busquen asesoría de expertos. Que no hagan caso de remedios que te recomienda la gente. Al principio es difícil pero no imposible.